Hamburguesa vegana con sabor a chorizo para flipar

Holi holi holi. Soy consciente de que muchas personas echan de menos ciertos sabores, texturas y formas que en teoría son animales, pero esta hamburguesa vegana con sabor a chorizo puede colar casi perfectamente y está buenísima, es para flipar y no tiene la grasaza horrible del chorizo convencional. Si piensas que no se debe llamar hamburguesa a algo vegano, puedes dejar de leer de inmediato o leerte este artículo para ver si te hace reflexionar sobre el lenguaje.

Una cosa muy importante de esta receta, es el mantel, no se come pero es genial, cuando lo vi me enamoré, decorativamente hablando, de él. Es antimanchas, puedes tirar todos los cafés que quieras por encima sin preocuparte y lo venden en Bechamel y a dormir. Ahora mismo está agotado pero venden otros que son geniales.

Todo empezó una mañana de sábado, podría llamarse antojo, capricho o necesidad, pero quería algo con sabor a chorizo que no fueran mis garbanzos choriceros y me puse hands a la obra. Hacerla es bastante más fácil de lo que parece y los ingredientes son muy fáciles de conseguir. Al menos casi todos:

Para hacer esta receta lo primero que hay que hacer es coger un par de tazas de soja texturizada, cunde bastante ya que se hincha que flipas y puedes alimentar a tus vecinos y hacerte varios tuppers. La pones a cocer con abundante agua y un chorro de aroma de humo, lo venden en tiendas rusas, veganas y a veces en grandes superficies. El tiempo de cocción es más o menos 20 minutos, quizá algo menos, comprueba que no este seca por dentro de la manera más fiable que existe: probándola.

Una vez esté cocida la pones en un escurridor y la vas aplastando para quitar lo que sobra de agua, tampoco te flipes que no queremos que se vuelva a secar, eso no mola. Cuando creas que está guay, la pones en un recipiente grande y añades los ajos fritos y el tomate seco en trozos súper pequeños, las especias, un par de cucharadas de harina de garbanzo o la que te apetezca y un chorrito de vino y támari.

Lo siguiente es evidente: remueves mucho, amasas, te pringas, te chupas los dedos, salivas y cuando esté bastante compacta y parezca que no se desarma, las empiezas a formar. Lo ideal es tener unos moldes para esto, que son básicamente unos círculos metálicos huecos donde pones cosas y las cosas se quedan con forma redonda, son muy útiles ya que puedes aplastar a tope y desmoldan muy bien.

Si ves que no se te arman, quizá es por falta de paciencia ya que conviene dejarlas reposar en la nevera. Si eres impaciente o tienes mucha hambre, puedes añadir magia: semillas de chía molidas, que son lo más para compactar hamburguesas, croquetas y ese tipo de cosas.

Como imaginarás, hay que hacerlas a la plancha con cariño y cuidado, no te pongas nervioso cuando empiecen a oler genial y no corras, puedes quemarlas si te gustan tostadas o puedes dejarlas simplemente calentita, ambas estarán ricas.

Espero que te encanten. Muak!