Me habían hablado guay de este restaurante pero no podía confirmarlo, ahora si puedo y yo también hablaré guay de él. Es una especie de italiano vegano, está en malasaña y se llama Pizzie&Dixie.
Tienen menú diario y el precio son unos 11 pavos, puedes elegir dos platos y un postre o tienes otra opción que es la pizza del día y bebida por 10 euris. Si vas con alguien y no queréis pedir de carta os recomiendo que probéis ambos menús para aumentar vuestra cultura gastronómica vegana. Las pizzas están muy buenas, masa finita como a mí me gusta, aunque si fueran crujientes me gustarían mucho más, utilizan queso vegano de la marca violife que lo está petando everywhere. A veces hacen masas de pizza negras con carbón activo, o verdes con algas. Todavía no las he probado pero lo haré.
De primero comimos unas bruscettas con tomate, que para ser pan con tomate estaban sorprendentemente ricas, llevaban albahaca fresca y el pan también lo hacen ellos. Si fuera integral sería ya la hostia. De segundo había un arroz negro con patata al curry que quedaba genial con el color del plato, que era azulino, una gama cromática muy acertaday además estaba muy rico. El arroz negro en sí mismo no tiene mucho sabor, pero estaba en su punto y mezclado con la patata al curry estaba total.
El postre fue lo que más me sorprendió, un helado de mandarina hecho por ellos mismos que sabía muchísimo a mandarina, como es lógico, pero no a la típica mandarina de polvos de flash, no no no, a mandarina real. Y el otro postre fantasía que pedimos recomendado por la entusiasta camarera fue una tarta crudivegana de anacardos, frutos del bosque y coco, sin palabras. Aunque si hubiera sido semi congelada me hubiera gustado más, aunque en ese caso no hubiera sido crudivegana…
Total: 37 euros entre tres personas contentas de tener la tripa llena de cosas ricas y sin animales.
Mua!