Hola putivegans del gimnasio. El otro día estaba muy nervioso, bueno, de mala hostia en realidad y como la avena al parecer tiene propiedades calmantes, además de ser un ingrediente aparentemente básico en la dieta de las personas que vamos al gimnasio y no nos da pereza, hice estas vurgers veganas y espero que todo el mundo las haga, que crujen y son aptas para torpes. Pongo vurgers con V por una cuestión de tendencias veganas, ahora se lleva así.
Si me haces caso todo irá bien, dame la mano y salta conmigo. Lo primero que tienes que hacer es tener siempre un tupper con quinoa cocida en la nevera, dura mazo tiempo en ponerse mala, aprovecho para spamear y aquí te dejo otra hamburguesa de sobras que puedes fliparlo.
El caso, es que como siempre, abrí la nevera a ver qué verduras había y como sólo tenía zanahorias y alcachofas porque no tengo tiempo de hacer la compra y no quería quedarme sin cosas frescas, cogí solamente las zanahorias. Luego puse en el robot de cocina que no me patrocina 200 gr de la quinoa, otros 200 gr de avena y las cuatro zanahorias que me quedaban. Dale caña hasta formar una masa, una vez que esté hecha, pon todo en un recipiente grande y empieza a echar las especias que te gusten por orden alfabético, primero la A, luego la B y así. No hace falta que eches especias con todas las letras, quizá sería una hamburguesa muy barroca.
Si no sabes qué especias poner, no quiero sugestionarte pero yo puse sal vikinga de noruega, como hice en la hamburguesa ahumada, muchísima cebolla en polvo y unos trocitos de cheddar vegano. Dale unas putivueltas para que se junte todo bien y ahora tienes dos opciones, dejarla reposando o ponerte a bailar. Si decides no bailar, coge un trozo pequeño e intenta que te salga del mismo grosor que aparece en los planos de las hamburguesas.
Bueno, ya casi está, ahora tienes que preparar un poco de huevo de mentira, como en la receta de la tortilla o las setas empanadas y luego rebozarlo con pan rallado al cual, yo le añado ajo porque me gusta que sepa a ajo y si le echas ajo, sabe a ajo. Una vez estén bien rebozadas, ponlas en una bandeja de horno y echa bien de aceite por arriba, que queden impregnadas para que además de hornearse, por fuera queden como fritas y crujientes.
El siguiente paso supongo que te lo imaginarás si eres un poco avispada, pero por si acaso hay alguna despistada lo voy a confesar. Hay que meterlas al horno y tener un poco de ojo, yo creo que 10 minutos por cada lado a 180 grados sería guay. Yo me duché corriendo durante la primera fase antes de darles la vuelta pero dejé a unos responsables por si se quemaban 🙂
Bueno ya está, estas hamburguesas veganas tienen la hostia de proteínas y son muy fáciles de hacer, si no las haces es porque no quieres.
Recuerda pinchar en los anuncios porfa, que quiero hacerme rico. Muak!